Isa Ardil Moreno: “Mis embarazos, partos y pospartos han sido las experiencias más empoderantes de mi vida”
En el vertiginoso mundo de la comunicación, donde las voces se multiplican y los mensajes a menudo se diluyen, es crucial alzar la voz para abordar temas que impactan profundamente nuestras vidas.
En esta entrevista, conversamos con la Trabajadora Social Perinatal especialista en Igualdad, Isa Ardil Moreno, quien nos ofrece una visión profunda y honesta sobre los aspectos menos visibles del embarazo, el parto y el posparto. A través de su experiencia personal y profesional, nos invita a reflexionar sobre la importancia de una atención más humana y centrada en el bienestar emocional de las madres.
Periodista: En los medios y la sociedad, a menudo se presenta a la mujer embarazada como alguien en un estado de gracia, sonriente y llena de plenitud. Sin embargo, esta imagen contrasta con la visión del parto, donde se muestra a una mujer en descontrol, con su salud y la del bebé en riesgo. ¿Cómo afecta esta dualidad a las mujeres embarazadas?
Isa Ardil: Esta representación puede ser muy perjudicial. Por un lado, se nos impone la expectativa de estar siempre felices y radiantes durante el embarazo, lo cual no siempre es la realidad. Luego, en el momento del parto, se nos retrata como si estuviéramos en peligro constante, lo que puede aumentar la ansiedad. Además, la creciente información sobre cómo las emociones maternas impactan en el desarrollo del bebé, sumado a la presión social que recae sobre nosotras, crea un cóctel explosivo de culpa y miedo.
Periodista: En este sentido, ¿qué emociones suelen surgir durante el embarazo y el parto, y cómo se distribuye la responsabilidad de lo que sienten las mujeres en esta etapa?
Isa: Muchas emociones emergen durante el embarazo, como el miedo a que el bebé no esté bien o a que la salud de la madre esté en riesgo. Lo preocupante es que este miedo no es natural en todas las mujeres; se desarrolla a menudo debido a la forma en que se maneja la atención sanitaria durante la gestación. Se nos somete a un seguimiento exhaustivo donde a veces parece que pasamos más tiempo mirando pantallas y papeles que conectando con el crecimiento de nuestro bebé. Este enfoque dificulta que podamos sentirnos seguras y confiar en el proceso natural del embarazo.
Periodista: Entonces, ¿cómo influye el sistema sanitario en la percepción que tienen las mujeres sobre su embarazo?
Isa: La atención médica, aunque necesaria para la detección temprana y la prevención de complicaciones, puede ser excesivamente protocolaria. Este enfoque puede hacer que las mujeres salgan de cada consulta sintiéndose evaluadas, como si hubieran aprobado o reprobado un examen. Se nos podría acompañar de otra manera, agrupando citas, eliminando pruebas innecesarias y centrando la atención en la persona más que en los protocolos. Usar términos como «embarazo de bajo riesgo» en lugar de simplemente «embarazo saludable» también ayudaría a reducir el miedo.
Periodista: Has mencionado que el enfoque en la salud mental de las mujeres embarazadas, durante el parto y el posparto es insuficiente. ¿Podrías profundizar en este punto?
Isa: La salud mental de las mujeres durante y después del embarazo no se cuida como debería. Aunque se realiza un control físico exhaustivo, la salud emocional se descuida, lo cual es muy grave si consideramos que la mayor causa de muerte en el posparto es el suicidio. Hay una carencia abrumadora de recursos públicos dedicados a la salud mental perinatal, y esto debería ser una prioridad para que la experiencia de las mujeres y sus familias sea saludable y enriquecedora.
Periodista: Hablando del dolor y malestar durante el embarazo, ¿cómo se manejan estas situaciones y qué se podría mejorar?
Isa: Algunos embarazos pueden ser incómodos, dolorosos, e incluso peligrosos para la salud. Sin embargo, existen muchas molestias que podrían aliviarse con la atención adecuada, como la ciática, las náuseas incesantes, la acidez o la incontinencia urinaria. El problema es que, socialmente, se minimizan estas molestias con frases como «es normal, se te pasará cuando nazca». La falta de recursos públicos más allá de la medicación hace que muchas mujeres vivan el embarazo como una cuenta regresiva, deseando que termine, en lugar de disfrutar de la conexión con su bebé.
Periodista: Finalmente, ¿qué desafíos emocionales enfrentan las mujeres cuando se acerca el final del embarazo y el inicio de la maternidad?
Isa: Muchas mujeres experimentan inquietud sobre lo que va a pasar y un duelo por la persona que eran antes del embarazo. Aunque planificamos el posparto, a menudo creemos que volveremos a ser las mismas de antes, pero la realidad es que nuestras necesidades y prioridades cambian drásticamente. La falta de apoyo social y la exigencia del mercado laboral pueden intensificar la sensación de soledad e incomprensión. Afortunadamente, hay grupos de apoyo que ayudan a aliviar esta soledad, pero todavía hay mucho por hacer para que las mujeres puedan vivir esta etapa de forma libre y acompañada.
Periodista: A pesar de todas las dificultades que has mencionado, ¿qué puedes decir sobre la experiencia de ser madre?
Isa: A pesar de todo lo que he señalado, mis embarazos, partos y pospartos han sido las experiencias más empoderantes de mi vida. Me han permitido crecer personal e intelectualmente, descubrir una nueva empatía y eficacia, y han reforzado mi compromiso con la idea de que es posible compaginar la vida productiva y reproductiva de una manera más orgánica y amable. Deseo que todas las mujeres puedan ser madres con libertad, apoyo y los recursos que merecen, para que nuestra experiencia siga transformando la realidad y construyendo un futuro más conectado, amoroso y en paz.