En esta entrevista, Loli Sánchez relata con pasión y honestidad su trayectoria profesional, que comenzó en Londres en 1996. Decidida a aprender inglés, partió con lo justo: un pantalón vaquero y la convicción de que podía hacer grandes cosas. «Monté un coffee shop en Piccadilly Circus, y ahí fue donde empezó el gusanillo», comenta. Fue una etapa decisiva que le dio la confianza para enfrentarse a nuevos retos.
Al regresar a España, Sánchez tuvo que empezar de cero. Comenzó trabajando en un supermercado, lo que le permitió familiarizarse con el mercado local. De ahí dio el salto al sector inmobiliario y luego a la exportación de frutas, un campo en el que se mantuvo por muchos años. «La fruta fue lo más duro, porque al ser mujer, no te veían como alguien capaz. Afortunadamente, eso ha ido evolucionando, aunque todavía no está del todo limpio», reflexiona.
A lo largo de su carrera, Loli ha liderado equipos y dirigido empresas, enfrentándose a un entorno en el que el liderazgo femenino no siempre era bienvenido. «Hoy, los jefes están viendo cómo las mujeres evolucionamos, somos competitivas y ayudamos a que todo funcione desde dentro, desde el sentimiento», afirma. Para ella, el liderazgo no se trata de imponer, sino de colaborar: «Tú eres tan importante como yo. Y sin ti, la empresa no funciona».
A día de hoy, Sánchez sigue marcando el ritmo de su vida profesional como técnico responsable en Agringenia, una empresa especializada en el asesoramiento técnico para el sector agrícola y ganadero, sin perder de vista su misión: seguir adelante y demostrar que empezar de cero no es un obstáculo.
