«La igualdad no es un objetivo opcional, es la base del trabajo decente» | Natalia Díaz, consejera OIT España
Natalia Díaz, consejera de la Oficina de la OIT para España, presenta un libro que reúne voces de distintas partes del mundo para reflexionar sobre las desigualdades persistentes en el ámbito laboral. A través de relatos personales, la publicación pone el foco en los retos cotidianos y en las iniciativas que están marcando el camino hacia una participación más justa en la vida económica y social.
Periodista: La OIT lleva años trabajando por la igualdad en el ámbito laboral. ¿Por qué considera que es un tema todavía urgente?
Natalia Díaz: Porque la igualdad sigue sin ser una realidad en muchos rincones del mundo. Desde la OIT, es un principio consagrado en nuestra Constitución y respaldado por múltiples convenios internacionales. No podemos hablar de trabajo decente si una parte de la población continúa enfrentándose a barreras estructurales solo por su condición. La igualdad no es un añadido, es una base.
P: Presentan un libro con testimonios de personas de diferentes países. ¿Qué se va a encontrar el lector?
N.D.: Este libro recoge una serie de textos escritos por mujeres y hombres que comparten sus vivencias sobre cómo se relacionan con el mundo del trabajo, la maternidad, el emprendimiento o las migraciones. Es una mirada diversa y personal que nos permite comprender mejor los desafíos que aún existen para lograr sociedades más justas.
P: ¿Cuál es el valor de reunir estas voces?
N.D.: Las historias aportan contexto y profundidad. Nos muestran cómo, desde distintas culturas y situaciones, las personas viven la desigualdad en su día a día: menor acceso a oportunidades laborales, dificultades para conciliar, menor representación en puestos de decisión o condiciones más precarias en casos de migración. Y a pesar de todo, también vemos esperanza, resiliencia y caminos de transformación.
P: La crisis provocada por la COVID-19 tuvo un impacto importante en estos temas. ¿Qué consecuencias ha observado la OIT?
N.D.: La pandemia profundizó muchas desigualdades. Aunque las mujeres han estado en la primera línea como trabajadoras esenciales —representan el 70% del personal sanitario a nivel mundial—, también han soportado una enorme carga adicional. En muchos casos, han tenido que asumir tareas de cuidados no remunerados sin ningún tipo de regulación ni apoyo. Y eso ha hecho que muchas abandonen el mercado laboral o vean frenadas sus carreras profesionales.
P: ¿Se ha avanzado lo suficiente en políticas públicas para hacer frente a esta situación?
N.D.: No al ritmo necesario. Solo el 8% de las medidas adoptadas en el contexto de la pandemia regulaban de forma directa los cuidados no remunerados. Esta falta de respuesta ha ampliado las brechas existentes, sobre todo en países con ingresos medios o bajos. También se ha reducido el acceso de las mujeres a cargos de liderazgo, lo cual es preocupante. Para romper el techo de cristal necesitamos más presencia femenina en la toma de decisiones.
P: ¿El libro también aborda soluciones o experiencias positivas?
N.D.: Sí, y eso es lo que lo hace tan valioso. En muchos contextos, las cooperativas están jugando un papel clave. Están generando empleo, promoviendo la participación activa de las mujeres y ofreciendo vías reales para la autonomía económica. Son espacios donde se construyen alternativas sostenibles que ayudan a combatir la pobreza y a fortalecer los derechos laborales.
P: ¿Qué mensaje quiere transmitir con este libro?
N.D.: Que aún queda mucho por hacer, pero también que estamos avanzando. Este libro es una invitación a mirar más allá de nuestra realidad inmediata, a escuchar otras voces y a entender que el cambio es posible si trabajamos de manera colectiva. La agenda internacional está en marcha y debemos seguir impulsándola con compromiso.