Esther Bobadilla: “El objetivo del Paddle Yoga es desafiarte a ti mismo física y mentalmente”
Esther Bobadilla trabaja como enfermera y dedica su tiempo libre a mejorar sus conocimientos en el Paddle Yoga. Antes de la pandemia se formó en Paddle Yoga en Malta. Más tarde, comenzó a dar clases en la Región de Murcia. En la actualidad, busca expandirse en toda la región y ofrecer una experiencia diferente a los amantes de la naturaleza y el ejercicio.
Entrevistadora: Hola Esther. Encantada de conversar contigo. ¿Podrías describir en detalle cómo se lleva a cabo una clase típica de Paddle Yoga?
Esther: Hola, Laura. El placer es mío.
El Paddle Yoga (también conocido como Stand Up Paddle Yoga) es una práctica que combina el yoga tradicional con el uso de una tabla de paddle surf. En lugar de practicar en una esterilla en el suelo, los participantes realizan las posturas de yoga sobre una tabla de paddle surf en el agua.
Entrevistadora: ¿Cómo te involucraste en la práctica del Paddle Yoga? ¿Por qué decidiste crear un negocio de yoga en el agua?
Esther: Empecé haciendo yoga normal de vinyasa en el Reino Unido. Mientras vivía allí durante 3 años, observé que toda la gente de la zona del Caribe hacía yoga en tablas de paddle surf. Me quedé obsesionada y pensé que era un proyecto increíble que trasladar a la Región de Murcia. Una noche junto a una compañera de la formación de yoga, compramos unos billetes de avión a Malta, y allí completamos la formación.
Cuando aprobé la oposición de enfermería, regrese a España y compré tres tablas de paddle surf. Después de mucha dedicación, investigación y estudio inicié este negocio en Cabo de Palos. Justo al iniciarlo empezó la pandemia, de hecho fue el mismo día que se decreto el confinamiento.
En verano de 2020, cuando se calmaron las cosas, retomé las clases, incluso con mascarillas puestas en el mar. Actualmente, llevamos cuatro años con esta idea que parecía imposible.
Entrevistadora: ¿Da miedo emprender como mujer?
Como mujer, sí.
Da miedo emprender porque es apostar por algo que no sabes si va a salir bien o no. Me considero una afortunada porque soy enfermera y tengo ese colchón de que pase lo que pase, económicamente no pierdo nada.
El Paddle Yoga lo hago porque me gusta y me sirve de liberación del trabajo.
Entrevistadora: ¿A qué público van dirigidas estas clases?
De 25 a 40 años, incluso he llegado a tener mujeres de 45 años. Principalmente, son personas activas en el ejercicio físico que buscan la experiencia de hacer una actividad acuática, no solo estar en la playa para tomar el sol y o una cerveza.
Es gente a la que le gusta el mar, la tranquilidad y quiere hacer alguna actividad divertida.
Entrevistadora: ¿Consideras el SupYoga una actividad deportiva?
Esther: Creo que es más como una experiencia. En realidad, el movimiento está limitado en la tabla, no es como una clase de yoga normal. En este caso, la persona que lo práctica puede obtener resultados maravillosos como ser más consciente de su cuerpo e incluso, llegar a tonificar el abdomen, las piernas o los brazos.
Entrevistadora: ¿Cuál crees que puede ser el impedimento para cumplir este objetivo?
Esther: Antes de montar este negocio mi mayor impedimento fueron los recursos económicos, comprar el material y ver la forma de que fuera rentable. Ahora mismo, ya lo tengo casi todo hecho, al menos la parte de adquirir material y conseguir captar alumnos.
Entrevistadora: Eres enfermera y dueña de un negocio. ¿Cómo concilias dos trabajos en paralelo?
Esther: De lunes a viernes soy enfermera, y los viernes por la tarde hasta los domingos estoy dando clases de SupYoga.
Ambos son compatibles porque en la enfermería trabajo a turnos y puedo ajustar mis horarios de clases en función de mi disponibilidad. Además, me gusta mucho el SupYoga, así que me hace feliz dedicar mi tiempo libre a ello.
Entrevistadora: ¿Cambiarias algo de esa carrera de obstáculos que hiciste para montar el negocio?
Esther: No, quizás cambiaria que me he estresado con mucha facilidad y me he agobiado en multitud de ocasiones. Pero bueno creo que a cualquier persona en un proceso de emprendimiento le puede ocurrir lo mismo. A veces el mayor mérito es hacer algo que no sabías qué podías hacer.
Mi mantra para los emprendedores es: pelea y peléalo incansablemente hasta conseguirlo.
Entrevistadora: ¿Qué les dirías a las jóvenes emprendedoras que quieren montar un negocio? ¿Se empieza por un sueño? ¿O ese sueño necesita unos pilares para que funcione?
Esther: No, no se empieza por un sueño. Recuerdo el día que busque en google “SupYoga en la Región de Murcia” y no apareció nada. En ese momento, dije: lo puedo lograr.
Es un sueño sí, pero tienes que pensarlo muy bien y saber moverte. Por ejemplo, yo en ese momento no tenía muchos recursos económicos, entonces lo que hice fue buscar empresas que estaban emergiendo en Murcia y que a su vez buscaban desarrollar actividades deportivas como negocio. Al final me puse en contacto con varias empresas, les presenté mi proyecto y les gusto. Así fue como empezó todo.
Es importante que para realizar una idea, por supuesto tiene que existir un sueño. Pero antes de eso, debes tener en cuenta que sea viable. En mi caso, lo fue porque tuve la genial idea de buscar negocios que fueran compatibles con mi propuesta. Estoy hizo que tuviera facilidades a la hora de arrancar. Aun así, es un trabajo en el que debes emprender mucho.
Entrevistadora: Sin tener conocimientos de marketing ni publicidad, ¿cómo lo has hecho?
Esther: Ha sido observando lo que hace mi competencia a nivel internacional, estudiando sus publicaciones y la relación que tienen con su público.
También, llevar un negocio en una Región es más fácil porque la gente te conoce más rápido.
Con cuatro años de experiencia en el mercado y una visión clara de expandirse por toda la región de Murcia, Esther, la enfermera que llevó el yoga al agua, es un ejemplo de emprendimiento y perseverancia. Su proyecto, SupYoga Murcia, ofrece una experiencia única y emocionante para aquellos que buscan algo más que tomar el sol en la playa.
A través de su pasión y experiencia en el mundo del yoga, Esther Bobadilla ha logrado convertir su hobby en un negocio exitoso y lleno de oportunidades.